Por Eduardo Ayala
La Academia siempre recuerda a los jugadores que dejaron una huella en el equipo. Sobre todo si lograron convertirse en ídolos de la Institución. Es el caso de Pedro Enrique Mansilla, ex-delantero de Racing, quién supo darle muchas alegrías a los hinchas. Este jueves 29 de junio cumple 85 años y todos los aficionados de Avellaneda lo recuerdan con cariño.
El 29 de junio de 1938 nació en la Provincia de Buenos Aires, en la ciudad de Junín. Comenzó a jugar al fútbol en Flandria y luego pasó a Boca Jrs. En 1960 se incorporó a Racing, donde supo llenar el hueco que había dejado Manfredini, un jugador difícil de sustituir. No obstante, supo reemplazarlo y se convirtió en una leyenda.
Tenía una gran fortaleza física, que le permitía ir a buscar con decisión los pases que le llegaban de Corbatta por la derecha y de Belén por la izquierda. “Jugar con ellos era muy sencillo: me ponían la pelota en el pie y solo tenía que empujarla”. Además, gracias a su vigor físico, no se intimidaba ante defensas bravos y buscaba siempre el contacto físico, del que, por lo general, salía victorioso.
Formó parte de la que se ha llamado “la mejor delantera de la historia”. Le decían El Ropero, porque cuando este centrodelantero llegaba al área parecía que los defensores se apartaban para dejarlo pasar. Era el responsable de concretar las jugadas que armaban sus compañeros de ataque.
La delantera inolvidable se recita de memoria desde entonces: Corbatta, Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén. Fue clave en la conquista del título de 1961 y se quedó en La Academia hasta 1963. En ese período jugó 63 partidos y anotó 23 goles. Después de colgar los botines en el club que lo vio nacer, en 1971, se dedicó a ser un requerido entrenador de equipos, sobre todo, del ascenso.
29/02/2024
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